top of page

ENCONTRAR TU PROPÓSITO ES HABLAR DE BIENESTAR


En un documento elaborado por la Fundación Liderazgo, al menos el “58% de las licencias médicas son por salud mental, depresión, ansiedad o estrés”. Cuando leo estos altos indicadores, hacen que me movilice y conecte con mi historia, porque he podido experimentar en carne propia el estrés, la depresión o insatisfacción y hoy día después de un largo camino de búsqueda, puedo atribuirlos a la falta de sentido/propósito o a las palabras severas que tenía conmigo misma.

Cuando uno tiene un propósito claro todo comienza a fluir, porque nuestro tiempo se ocupa en realizar acciones coherentes y empiezas a conectarte con personas que están en la misma sintonía y sabes a donde ir. Es como si tu vida fuera un puzzle de 10.000 piezas y que debes armar, pero si no tienes claridad de la imagen que debes formar el proceso se hace más lento, engorroso, generando estrés y falta de foco, porque no sabes por donde comenzar. Es por esta razón que hablar de propósito para mi es hablar de bienestar.

Esta vez me quiero detener en las preguntas que me hice a mi misma muchas veces cuando leía artículos, libros sobre estos temas. ¿Y qué pasa si yo no sé cuál es mi propósito? ¿Qué hago si tengo muchas ganas de emprender o de trabajar en algo que me haga más sentido, pero no sé en qué? Soy una persona que me muevo bien en distintos ámbitos, pero no tengo un interés tan fuerte o expertise en algún tema, ¿Cómo me defino?

Acá les dejo algunos tips de los pasos que fui dando para encontrarme conmigo misma y mis pasiones, que son los primeros pasos que uno debe dar para ir descubriendo esa causa que te moviliza a hacer todo lo que haces.

1) Ten espacios de silencio y vive el presente: Si no te das espacios para detenerte, para simplemente estar contigo mismo(a), será difícil que puedas ir escuchándote. Si eres de las personas que corre todo el día, con la agenda llena de compromisos la invitación es a apagar el piloto automático, bajar un poco las revoluciones y anotar en tu agenda ese espacio para ti. Vive el momento presente y así podrás ver lo que hoy está y no estás pudiendo ver.

2) Valórate: Ámate y valórate solo por el hecho de ser, de existir y no por lo que hagas. Todos, ¡todos! tenemos algo que aportar al mundo. Debemos pasar de la pregunta ¿Qué puedo sacar yo del mundo que ya existe? a ¿Con qué puedo contribuir? ¿Qué puedo compartir con el mundo? Muchas veces somos tan críticos con nosotros mismos que nuestras habilidades innatas no le damos valor, y esto puede estar influenciado por la educación que obtuvimos que prioriza algunas materias como matemáticas, lenguaje, ciencias por sobre otras. Pero ¿qué pasa con las personas que tienen otras habilidades? ¿Y si eres buena para reunir gente o para escuchar? ¿Si eres buena para bailar, decorar o para el humor? Lo que quiero transmitir es que valores desde lo más pequeño hasta lo más grande de ti. Cuídate, regalonéate y celebra todos tus logros. Todo se parte por casa y lo que te hagas a ti mismo se verá reflejado en tu vida en todo ámbito.

3) Revisa tus creencias: Constantemente estamos opinando sobre nosotros y los que nos rodean y sin querer le vamos poniendo etiquetas a todo. Ojo con la forma en que te hablas, ya que el lenguaje crea realidad. Lo importante es saber que “Tú no eres lo que piensas. Tú piensas lo que te dicen tus creencias. Tú vives, piensas y actúas conforme a tu programación heredada, pero tú eres muchísimo más que un programa de la mente”. En mi caso yo tenía la creencia que era nefasta para las manualidades y hoy después de explorar el mundo de las flores veo que tengo facilidad. Te invito a revisarlas y derribar las que no te permitan avanzar.

4) Cuerpo y emoción: Escucha como se siente tu cuerpo o que emociones sientes cuando estás en distintos lugares, en experiencias de aprendizaje, con personas…etc. Son el termómetro que te irán guiando para decirte ¡Esto SI¡ ¡Esto NO! ¡Este es TU LUGAR!

5) Intereses: Recuerda lo que te gustaba cuando chico(a), pregúntales a tus papás que querías ser cuando grande y a que cosas te encantaba jugar. Recuerda las asignaturas que te motivaban estudiar y piensa en el porqué, pon atención a los libros o temas que te interesen, ve fotos y pregunta sobre la vida de tus antepasados, ya que estamos todos conectados y muchas veces venimos a darle continuidad a esos proyectos. Revisa tu historia y tal como dice la canción de Moana, las huellas de tu historia marcarán tu lugar. Y así fue como mi búsqueda hoy tiene más sentido que nunca y es mi mejor herramienta para ayudar a otros.

6) Permítete el error: La única forma de encontrarlo es explorar. Mientras más explores y dejes de lado el temor a fallar, más posibilidades tendrás de descubrirte en distintos ámbitos, de sentir cosas nuevas y te aseguro que hasta te sorprenderás de ti mismo(a) con habilidades que ni imaginabas. La premisa es que No hay fallo, sólo aprendizaje.

7) Confianza y cree en ti: Confía en que lo tienes todo. Como dice Johann Wolfgang “Magia es creer en ti mismo y que si puedes hacer eso, puedes hacer cualquier cosa”.

8) Y por último define una meta, declara y haz un plan de acción: Tienes que pasar de la preocupación a la ocupación. ¡Manos a la obra!

Agradece todo lo vivido hasta ahora y busca hasta encontrar ese gran tesoro, emprende y fracasa, ya que todo te llevará a tu lugar y también traerá bienestar para ti y todos los que te rodean.


bottom of page